Bien dice el título que prefiero renovar mi vida en mitad del año y no en su esperanzado día inicial. Bien, ya he escrito aquí sobre mi reciente brinco de Linux a MacOS; ahora fue tiempo de redimirme y regresar de cierta forma al polo linuxero. Creyente del equilibrio universal soy, cambié mi Linux por un Mac y también mi iPhone por un Palm Pre. Y como bien saben mis fieles lectores (:P), me gusta compartir este tipo de cosas con promesas de neutralidad; esta vez no está exenta. Ya casi un mes de uso tengo con el Pre, y la verdad es que al principio no me convencía, pero la vida ha hecho que haya caído rendido ante el móvil contendiente más pequeño del iPhone.

La verdad es que poco escuché del Pre desde el boom de los smartphones. Fue casualidad que un año atrás, acompañando a mi hermana a hacer un cambio de equipo a Telcel, me encontré un tríptico sobre el móvil; aunque no me tocaba a mí renovar el equipo, adquirí una fijación inconsciente. Este verano estaba por terminarse mi plan con el iPhone, así que forzosamente debía renovar y, opcionalmente cambiar de equipo. El iPhone es un aparato excelente, estaba muy feliz con él y no pensaba cambiarlo hasta la llegada del iPhone 4 a México, pero varias razones me hicieron dar el salto.

¡Ah, la decadencia! ¡El cientificismo! Ya nada es como en la edad de los etéreos tiempos, las cosas, e irónicamente aunque no sean naturales, se pudren, tienen fecha de caducidad. Mi teléfono i no estaba pensado para vivir más que un ratón: con dos años, ya estaba viviendo el retraso tecnológico y la merma en el rendimiento. El hardware ya estaba viejo y desgastado por uso intenso, y el software demasiado adelantado; a un perro viejo no se le pueden enseñar nuevos trucos, ¡ay, estos perros biónicos!

Era natural el cambio, pero los seres avizores ya habranse percatado que no esperé la venida del iPhone 4. Esos mismos seres seguramente ya saben la razón: el terrible asunto de la antena y las barritas y esas tonterías. La verdad es que no me importaría mucho perder un poco de señal por el diseño del aparato, pero sí me tocó bastante el manejo infantil del asunto. Esta entrada no pretende convertirse en crítica al asunto controvertido, solo se presenta este como argumento. Hasta quería, necio e idealista como soy, vender mi nueva MacBook y comprarme algo más ad hoc a la situación y a mis raíces enterradas.

Y es cierto, Android se me pasó por la cabeza, pero México no es la capital de la tecnología, ni mucho menos; si no me equivoco, lo más que tenemos es el Sony Xperia. Cavilando sobre qué equipo comprar, el gusanillo del Pre apareció nuevamente. Me puse a leer reseñas, críticas y comparativas para quedar sin duda sobre mi siguiente decisión. Las críticas hasta afirmaban que superaba al iPhone, la verdad es que no están muy equivocadas, pero eso de comparar no es tan sano como maravillarse genuinamente de ciertas prestaciones.

El smartphone de Palm tiene lo que cualquier usuario medio exigente o transitivo, como yo, quiere: red wi-fi y 3G, cámara, acelerómetro, sensor de proximidad y de iluminación, pantalla multi-touch, tienda de aplicaciones y además teclado físico, flash, multitarea y grabación de video. Pues, en cuanto a hardware, el Pre sí está más equipado que un iPhone 3G, de hecho casi tanto como un 4. Sin embargo, para mí lo ideológico es bastante importante, y valoro todo lo referente a software casero y desarrollo. Ahí están los rubros decisivos.

Web OS, alma del Pre, es de lo mejor que he visto en software móvil, de hecho ya es mi predilecto. Aunque Palm no consideró los efectos de su nomenclatura en los hispanos, es un sistema operativo excelente, simple, estable y bonito. En realidad es una versión embebida de Linux (es ambiguo, pero no he investigado más) y que se enfoca en la nube. Quizás con un poco más de bombo lo describe Palm. Yo no voy a omitir lo anterior por ser clave y cierto, pero hay muchas más cosas, un tanto más complicadas que no interesarán al usuario promedio, pero que a nosotros, comunidad líder de homebrew en castellano, nos incumben y asombran, nos apasionan, pues.

Yendo un poco más allá, uno de los fuertes del Pre es su multitarea. Debemos considerar que la trae desde sus inicios, lo que es ya una ventaja sobre otros aparatos, y además es simple y sobria, lo más que se puede; otro punto a favor después de haber probado la reciente multitarea del iOS.

En cuento a desarrollo de software, nunca he visto mejor plataforma móvil. Hace unas semanas me metí a investigar sobre el desarrollo de programas para iDevices, actualicé mi Mac y bajé el SDK de la página de Apple (más de un día me tomó), en la espera de las descargas densas me puse a pulular por la página de programación de Apple. La verdad es que me gustó bastante toda la documentación que ofrecen, me bajé un PDF sobre Objective-C y leí algunas páginas básicas (para mí bastante inentendibles). Sin embargo, estos señores capitalistas no debían ser tan caritativos. Si vas a desarrollar o te conformas con el emuador o ¡pagas una licencia! Por otro lado, programador aficionado yo, me pareció bastante complicado todo su mundo de desarrollo.

De las primeras cosas que quise experimentar, sin duda, en el Pre fue la programación. Palm no se queda atrás, también cuenta con un sitio web especializado con montones de información más organizada y simple que la de Apple; pero la documentación no es lo que maravilla. WebOS, al estar enfocado a ese nubarrón, el desarrollo web es clave: cada ventana se comporta más bien como una pestaña de un navegador de internet. Así pues, para empezar a desarrollar solo bastará con saber HTML, CSS y Javascript. Y antes de que los esnobs lancen las quejumbrosas críticas, el SDK de WebOS también implementa un PDK (Plug-in Developement Kit) con el que los osados podrán meterse a los centros de Linux y manipular todo a bajo nivel; este PDK permite también la integración con OpenGl y SDL. Señores desarrolladores, ¿qué más se puede pedir? Oh, ya sé, probar nuetras aplicaciones directamente en el teléfono: eso es posible, legal y gratuito; cuestión de gustos es usar el emulador o el móvil físico.

No menos me ha asombrado la apertura y libertad de Palm, no sólo es su sistema basado en Linux, también su apoyo a los desarrolladores libres o no. Recomiendan el uso de Eclipse y Virtual Box, completamente ajenos a Palm. Y para llegar al Edén: ¡apoyan al software casero! Abiertamente, han expresado su apoyo al homebrew y a su capital Preware (equivalente de Cydia), contrastando, validamente, con el cierre agresivo de Apple a la escena. El "hackeo" de un WebOS se lleva a cabo tranquilamente desde una terminal de línea de comandos en menos de 1 minuto.

El mercado de Palm, App Catalog y Preware (siempre gratuito), por lo anterior es bastante amplio; pero aquí viene mi pega: al menos México tiene una tienda limitadísima, no tenemos acceso a las grandes compañías como EA o Gameloft, nuestro catálogo está en pañales por tiempo indefinido y no dudo que así sea en otros países diferentes a EEUU. Hasta donde yo sé, la galería de Preware si está completa y con eso se compensa un poco, pero falta, y mucho, sobre todo por estar acostumbrado a la excelente AppStore. Hay que admitir esta victoria de Apple.

Ya que estamos en un vaso medio vacío, msi últimas quejas son referentes al hardware: la batería es muy mala. Con trabajos me dura un día, tengo que recargar cada que puedo. Por suerte, por la apertura de Palm, es posible adquirir una nueva batería de un proveedor externo. Las hay de muy buena calidad, así que mi preocupación por la batería solo es temporal. La otra es un diseño aparentemente frágil y el famosísimo efecto oreo; por ser el móvil desplegable para ver el teclado está sometido a fuerzas del más allá que parece que lo van a quebrar; el efecto oreo sucede cuando las dos partes del móvil se mueven como si fuera una galleta con relleno cremoso. Procuro tener cuidado, sobre todo de no dejarlo caer. Aquí debo remarcar otra victoria del iPhone: es muy sólido; en dos años se me cayó infinitas veces y nunca le pasó algo. Al tenerlo en las manos se nota la diferencia de rudeza.

Seguramente me dejo muchas cosas en las letras del teclado, pero son de menos importancia; como siempre trato, quiero hacer una revisión de los temas más ocultos y que las compañías no dirán. El Pre es un teléfono excelente, lo recomiendo sin pensarlo mucho. No me arrepiento de no tener un Android, que es más similar a WebOS, aunque sí se echa de menos el gran catálogo de aplicaciones. El problema es que el Pre está metido en un círculo vicioso: no hay usuarios, no hay programadores; no hay programadores, no hay aplicaciones; no hay aplicaciones, no hay usuarios. Y eso es una lástima dadas las enormes posibilidades de desarrollo. Mi mensaje final es darle una oportunidad a este SO excelente para, con suerte, hacerlo crecer lo suficiente.

Saludos