Hace ya unos meses mirabamos como Microsoft habia lanzado Windows 8. Todos lo mirabamos expectantes, parecia que algo había cambiado, que todo volvía a renacer.

Era mas de lo mismo. No nos equivoquemos.

Microsoft ha intentado ganarse los usuarios con una nueva interfaz, con un arranque ultra-rápido, y con varias características mas como una Store para su sistema.

Todo esto es perfecto, además de, como no, va a valer menos de 20 $ actualizarse si ya poseemos una licencia de Windows 7, lo que nos invoca a actualizar en ese mismo instante.

Pues no, porque no todo es tan bonito como lo cuentan. Windows era Windows, todo el mundo lo usaba por su relativa sencillez a la hora de usar, todos los conociamos, todos los juegos eran para Windows, en fin, ese tipo de cosas que nos ligaban a tener una particion de Windows.

Con Windows 8, todo esto se va. 

Los juegos, segun Valve con un test que realizó hace poco tiempo, alcanzaban mas FPS sobre OpenGL en Linux que sobre DirectX en Windows, lo que ya nos despeja la duda de... ¿Que plataforma es mejor para los juegos?. Windows esta perdiendo ese mercado, pues una gran cantidad de juegos por parte de Valve estan siendo portados a Linux.

La sencillez y el conocimiento vuelven a desaparecer, todos los usuarios con conocimientos medios / bajos perderan la nocion de uso con la nueva interfaz Modern UI (Antes conocida por Metro), así que. ¿Que mas decir?.

Y para culminar, el nuevo gestor de arranque de Windows no permite instalar otro sistema operativo, ni incluso otra version de Windows.

Microsoft ha apartado claramente a los equipo de sobremesa, enfocandose al mercado de tablets y convertibles. Hablan de los PC+, pues segun ellos, los PC continuarán (que otra cosa podrían decir el que mas licencia de software vende en PC, ¿verdad?), y los tablets serán una moda pasajera (lo mismo dijeron de los Smartphones, y fijaos ahora...)

Microsoft ha dado un paso tardio . Se ha intentado meter en un mercado dominado por iOS y Android. Al igual que hizo en su momento con Windows Phone.

Microsoft, no se puede negar, hizo un muy buen trabajo con Windows 7. Pero no lo ha vuelto a repetir.

¿Se repetirá la misma historia que ocurrió el 30 de enero de 2007 con Windows Vista?

Todo nos lo dirá el futuro, aunque mas bien, será el mercado quien nos dirá la verdad.